Cuando las tropas de la Familia Sloan pensaron que todo había terminado, que era el fin, una voz infantil resonó de repente en el aire.
—¡Vallan! —Ainsley rugió a Vallan mientras sus ojos brillaban con una luz dorada.
Su corto cabello negro ondeaba en el aire mientras sus ojos rubíes penetraban profundamente en los ojos del Pegaso.
—¡Fck you, bastard! ¡Muere! —La bebé le mostró el dedo del medio a Vallan mientras le disparaba un haz de luz dorada al Pegaso.
Nadie vio el rayo dorado, ni siquiera Vallan.
El Pegaso tampoco vio la luz dorada, demasiado distraído por las palabras malsonantes de la bebé que incluso viajaban a través de todo el campo de batalla.
Venas azules sobresalían en la frente del caballo. Inmediatamente fulminó a Ainsley con la mirada hasta que sus ojos casi saltaban.
—¡Tú, perra hija de puta! @$+8#! (#!! —El Pegaso casi escupe lava por su boca mientras maldecía de vuelta a Ainsley. Frente a todas las tropas, la bebé lo maldijo...