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Jake sintió que la sangre le subía a la cabeza. Su corazón latía rápido y su cara se enrojecía de excitación.
—¿Acaso esta bebé finalmente usó su habilidad de manipulación de la suerte? —se preguntó emocionado—. Ohohoh, ¿entonces esta ignorante mocosa Blair tendrá mala suerte?
—¡Ay, qué picante! —exclamó con una risita—. ¡Veamos cómo le va la mala suerte!
Jake tuvo el impulso de comprar una bolsa de palomitas y comérselas junto a Ainsley mientras miraban el espectáculo.
—Está seguro de que Ainsley crearía otro milagro... ah, no, esta vez, ¡es otro caos! —pensaba con anticipación.
Apenas unos segundos después de que Ainsley manipulara el nivel de suerte de Blair a hierro (mala suerte), el segundo nivel de suerte más bajo, el personal del casino de abajo que repartía bebidas a los invitados silenciosamente subió al segundo piso.