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Chapter 34 - Hablando con una Hada

De hecho, si Ainsley se encontraba con el verdadero hada, ésta se sentiría aliviada con tales respuestas.

Saber demasiado sobre las hadas cuando aún son un bebé sería aterrador para las hadas, después de todo.

Pero a Finley no le preocupaba eso. Estaba más preocupado por si Ainsley realmente entendía lo que leía en esos libros gruesos.

¿Qué bebé de tres años podría leer libros complicados?

Finley miró a Ainsley con duda. No es inusual que los niños sepan sobre hadas, ya que forman parte de una historia para dormir o de un cuento de hadas.

¿Pero Ainsley dijo que lo sabía por los libros? ¿Tal vez vio la imagen en los libros y aprendió algo sobre hadas solo con la imagen?

Eso es más lógico. Eso significa que este bebé es excepcionalmente inteligente. Quizás, ¿es una genio como mi yo del pasado?

Finley calmó lentamente su corazón vacilante ante esos pensamientos. Intentó no dudar de Ainsley o pensar en ella como una alienígena.

Pensando así, el chico tomó una respiración profunda y asintió.

—S-sí, soy un hada. H-humano, ¿cómo m-me encontraste? —Finley se inquietaba. Habló con una voz tan débil que Ainsley sintió que algo tiraba de las cuerdas de su corazón.

Bah. ¡Este hada es demasiado adorable!

Ainsley tuvo que suprimir la hermosa sonrisa que se formaba en su rostro para no convertirla en una sonrisa pervertida.

Ah, ah, no seas un pederasta. No soy un shotacon. ¡Incluso si tengo tres años por fuera, por dentro tengo 20! No puedo simplemente mirar a un chico con interés romántico.

Ainsley juró no ser un shotacon. ¿Qué es shotacon? Oh, simplemente gente a la que le gustan los niños pequeños. Shota significa niños, después de todo.

—Ain... Ain te encontló despuésh de bhucalte un lato —Ainsley decidió mentir descaradamente. La niña mantuvo su sonrisa mientras miraba inocentemente al hada que estaba bastante lejos de ella.

—Señol hlada, ¿qué hacehs aquí? —Ainsley inclinó la cabeza mientras le preguntaba a Finley. Su pregunta sonaba verdaderamente inocente, y uno sabría que había estado buscando un hada hasta hace unos minutos.

Sí, incluso Finley no lo sabía. Pero gracias a la pasión de Ainsley por las hadas, su fraude se formó con éxito.

—A-ah. Yo vivo aquí. M-me gusta este lugar —Finley respondió tímidamente, justo como lo diría un verdadero hada. El chico aún se retorcía e inquietaba, pero esta vez se atrevió a mirar a los ojos de Ainsley.

—Señolita– s-señora humana —El chico llamó en un susurro débil.

—¿Síh? —Ainsley respondió instantáneamente al chico. Estaba tan ansiosa por hablar más con este hada que no le importaba tener que estar de pie durante tanto tiempo.

—¿P-podrías no decir a otros humanos q-que vivo aquí? —Finley se mordió el labio inferior mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. Su expresión instantáneamente parecía un conejito pequeño y asustado.

Demasiado adorable.

Ainsley no podía rechazar ese deseo en absoluto. En primer lugar, ¿cómo podría decirle a otros que encontró un hada aquí?

—Sí, twanquila. Ain no le dilá a nadie —Ainsley se golpeó el pecho orgullosa, asegurando a Finley que no revelaría su existencia.

Después de todo, el libro decía que a las hadas les gusta estar solas, excepto aquellas que tenían un contrato con humanos. Este Hada de la Biblioteca debe ser de una familia real libre sin contrato con ningún humano.

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—Entonces... ¿puedo ser su primer contratista? —La ambiciosa Ainsley miró a Finley como si fuera un delicioso pastel caído del cielo, pero el chico aún no se daba cuenta. Simplemente asintió ante las palabras de Ainsley y suspiró aliviado.

—B-bien. M-me gusta este lugar... p-pero si más humanos saben d-de mí... T-tendré que irme —Finley agregó otra capa a su fraude del siglo.

Claro, tendría que irse en solo unas pocas horas. Y en cuanto a cómo se quedaría aquí...

—P-pero ya ves, y-yo creo que no puedes verme más, Ainsley —Finley, el hada que ni siquiera se había presentado, de repente puso una barrera entre él y la niña.

Su declaración repentina lanzó a Ainsley al océano.

—¿Qué? ¿Qué??

—¡N-no! ¿Por qué Ainsley no puede verte? —Ainsley estaba tan ansiosa que comenzó a acercarse al chico.

Casualmente, el chico no tenía otro lugar donde esconderse. Así, solo podía mirar a Ainsley con horror.

—¡N-no te acerques más! H-humano, no puedes verme. ¡Y no puedes encontrarme...! —Finley fingió estar asustado por la niña. Amenazó a la niña con irse, pero sabía que no lo haría.

En primer lugar, este bebé que parecía amar tanto a las hadas no lo dejaría irse, ¿verdad? Y no hay manera de que no contactara a esta niña la próxima vez cuando tenía tantas cosas que quería saber sobre esta extraña bebé.

Sí, Finley planea mantener contacto con Ainsley con esta identidad de hada.

Al oír que el chico se iría si se acercaba más, Ainsley detuvo sus pasos. Se detuvo exactamente a un metro del chico, y la única distancia entre ellos era el estante de libros.

El estante se convirtió en la pared que bloqueaba a las dos razas.

—E-eso, o-okay, Ain se quedará. P-pero señor hada, no te vayas... —Ainsley estaba medio lloriqueando, medio suplicando en este momento.

Ya estaba tan ansiosa que el hada que encontró después de tanta dificultad simplemente volara lejos de su alcance.

No había forma de que quisiera eso.

Viendo que Ainsley realmente quería que se quedara, Finley sintió que podría sonreír si no podía mantener su personaje.

Por supuesto, el mejor mentiroso del siglo no abandonaría fácilmente su actuación.

—O-okay. No me iré —Finley asintió débilmente. Todavía miraba a Ainsley con ojos dudosos, pero ya no amenazaba a la niña.

—Hmm, sí. Gracias señor hada —Ainsley rápidamente agradeció al hada por no huir.

Ahora que el problema más crucial estaba resuelto, lo siguiente…

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