El tono del Abuelo Fu era claro y el significado de sus palabras, fácil de entender.
Los oficiales de Policía solo venían a informarle la última noticia y no estaban allí para abogar en nombre de nadie.
—General, lo trataremos de acuerdo con la ley. Lamentamos haber interrumpido su descanso, nos retiraremos ahora —dijo el jefe de Policía mientras él y sus subordinados se inclinaban antes de tomar su salida.
Puede que te preguntes por qué los Hermanos Fu no interrumpieron durante la conversación, así que aquí está el motivo. Los Hermanos Fu sabían que su abuelo era capaz y no necesitarían su ayuda para hablar, así que se mantuvieron tranquilos.
Ahora los Oficiales de Policía se habían ido, y el anciano se había calmado un poco, Jia Li podía servir la comida.
Con una sonrisa alegre en su rostro, Jia Li se puso de pie mientras se acercaba al anciano.
—Abuelo, ya es tarde y necesitas cenar —dijo Jia Li.
—Niña, este anciano ha estado esperando tu comida —respondió el Abuelo Fu con una sonrisa.
—Está bien. Pero abuelo, no te burles de Jia Li si la comida no es de tu gusto —dijo Kia Li antes de regresar a la mesa para servir la comida.
—Ni se me ocurriría —dijo el Abuelo Fu con una sonrisa en su arrugado rostro.
Fu Hua y YingPei tenían sus ojos puestos en Jia Li mientras ella sacaba las cuatro cajas de almuerzo 🍱 de las bolsas de polietileno.
—¿Crees que su comida será buena? —YingPei susurró a Fu Hua con un tono curioso.
—No lo sé —respondió Fu Hua mientras apartaba la vista de Jia Li.
La caja de comida del Abuelo Fu era diferente de las demás porque él seguía siendo un paciente. Aceptó su caja de comida con una sonrisa de anticipación en su envejecido rostro.
—La comida se ve deliciosa —dijo el Abuelo Fu mientras quitaba la tapa de su caja de comida, antes de coger sus palillos 🥢.
—Pruébala —le dijo Jia Li mientras le entregaba dos cajas de comida a Fu Hua y Yingpei.
—Mmm. ¡Tiene un sabor excelente! —elogió el Abuelo Fu su cocina después de probar un bocado de las verduras frescas de su plato.
—Huele bien —dijo YingPei después de destapar su caja de almuerzo. Ya se le hacía agua la boca y no podía esperar para probarla.
—¡Gracias! —dijo Jia Li con una sonrisa feliz antes de ir a comer su comida.
En cuanto a Fu Hua, él no era como los demás. No dio ninguna reacción y simplemente comió su comida en silencio.
Cuando probó la comida por primera vez, supo que estaba deliciosa, pero se negó a decir algo y prefirió disfrutar de la comida en silencio.
Jia Li pensó que a Fu Hua no le gustaba la comida, así que se sintió un poco mal, pero decidió no preocuparse por ello mientras se concentraba en su comida.
Durante la comida, la cara del Abuelo Fu estaba llena de una sonrisa, y YingPei no se quedó atrás. Abuelo y nieto disfrutaron de su comida con sonrisas satisfechas en sus rostros, mientras que el otro nieto eligió esconder sus sentimientos.
Después de la comida, Jia Li recogió las cajas de almuerzo y las guardó.
—Niña, no sabía que podías cocinar tan bien, incluso más que tu madre —el Abuelo Fu elogió con una sonrisa.
—Abuelo, ¿por qué creo que tu elogio suena como si me estuvieras adulando? —Jia Li se rió suavemente mientras respondía.
—¿Quién tiene tiempo para eso? Solo estaba diciendo la verdad —El Abuelo Fu respondió mientras miraba hacia otro lado.
—Está bien... está bien, gracias abuelo —Jia Li respondió felizmente.
Después de haber descansado un rato, Jia Li le pasó sus medicamentos con un vaso de agua y el anciano los tomó sin problemas, antes de devolverle el vaso.
—Abuelo, termina el agua —Jia Li dijo mientras le devolvía el vaso.
'¿Quién se atreve a dar órdenes al abuelo?' Pensaron los Hermanos Fu mientras observaban. Pero para su sorpresa, su abuelo tomó el vaso de Jia Li y terminó el agua obedientemente antes de devolverle el vaso vacío.
Parece que necesitan empezar a acostumbrarse a la influencia que Jia Li tenía sobre su abuelo.
Alrededor de las 9 p.m., Fu Hua y YingPei dejaron el hospital hacia el hotel en el que se alojaban, así que solo el Abuelo Fu y Jia quedaron en la habitación del hospital.
Más tarde, la Sra. Qin y la enfermera asignada para revisar al Abuelo Fu vinieron a ver cómo estaba.
Debido al goteo, el Abuelo Fu necesitaba usar el baño con frecuencia. Ahora que podía caminar por sí mismo, no necesitaba ayuda para ir al baño.
VILLA FU
—¿Cuándo volverán mis hijos? —preguntó una mujer mayor guapa, la Generala Fu, mientras yacía en la misma cama que él. Era su esposa y la madre de Fu Hua y YingPei, la Sra. Fu.
—¿Has preguntado por mi padre? —preguntó el General Fu con una mirada cansada.
—Sé que está mejorando. El viejo General siempre ha sido un hombre fuerte, así que estoy segura de que ahora está lo suficientemente fuerte. Solo me preocupa mis hijos ya que podrían no estar acostumbrados al ambiente —La Sra. Fu dijo con una mirada neutral.
—Mañana por la mañana, llama al Abuelo para preguntarle sobre su salud. No busques excusas, solo llámalo y discúlpate por no haber llamado antes, y luego pregunta sobre su estado. Sé que no te interesa, pero al menos muéstrale algo de respeto —El General Fu dijo en un tono molesto antes de darse vuelta hacia el otro lado.
—¿Estás enojado conmigo? —La Sra. Fu preguntó con la mirada en su espalda, pero no recibió respuesta.
Ella no sabía por qué de repente se había enojado con ella, pero tenía que calmarlo.
—Está bien, haré lo que has indicado. Llamaré al Abuelo por la mañana —La Sra. Fu aún no obtuvo respuesta, así que supuso que su esposo ya estaba dormido, por lo que suspiró antes de cerrar los ojos para dormir también. Cuando llegara la mañana, entonces tendría que preocuparse por otras cosas.