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A la mañana siguiente, Feng Alix fue al despacho de Fu Hua para buscarlo. Ella era una modelo de primera categoría en contrato para su empresa.
Durante los dos desfiles de moda del año que organizaba la empresa de Fu Hua, ella era una de las modelos más destacadas del país que desfilaban para ellos.
Los trabajadores sabían que ella tenía una relación cercana con su jefe aunque la relación no estaba definida.
Ahora, verla en la empresa tan temprano en la mañana no les sorprendía.
—Estoy aquí para ver a su jefe —dijo Feng Alix en la recepción.
Las dos señoritas tenían una sonrisa educada en sus rostros mientras una de ellas preguntaba:
—¿Tiene usted una cita con él?
—No, no tengo. Pero el motivo por el que estoy aquí para verlo es muy importante, así que déjenme pasar —ordenó Feng Alix.
Las dos recepcionistas echaron un vistazo a la modelo elegante que llevaba el cabello suelto. Estaba poniéndose un vestido corto gris con tirantes finos. Tenía un bolso plateado en la mano y un par de estiletos 👠 en los pies.
Mientras hablaba, los pendientes colgantes en sus orejas se movían.
—Señorita Alix, si es por asuntos de trabajo, estoy segura de que su agencia concertaría una cita con nuestro jefe. Pero si es por motivos personales, entonces el jefe tiene que estar al tanto de que usted está aquí para verlo —respondió la recepcionista mientras intercambiaba miradas con su compañera.
—Bien. Por favor, llamen a su oficina e infórmenle que estoy aquí para verlo —dijo Feng Alix mientras les rodaba los ojos.
Las recepcionistas suspiraron mientras una de ellas levantaba el teléfono y hacía una llamada a la oficina de Fu Hua.
—Es Mia de la recepción. La señorita Alix dice...
Después de la llamada, Mia colgó el teléfono antes de informar a Feng Alix que podía subir a ver a Fu Hua.
—¡Gracias! —Feng Alix dijo orgullosamente antes de alejarse de ellas.
—Ella sí que es arrogante —dijo la otra recepcionista a Mia.
—Sea lo que sea, solo tenemos que hacer bien nuestro trabajo —contestó Mia mientras ambas volvían a sus tareas.
Cuando el ascensor llegó al piso de la oficina de Fu Hua, Feng Alix caminó con paso de modelo hacia el despacho de Fu Hua, ignorando por completo a las personas que encontraba por el camino.
Ahora, parada frente a la puerta de Fu Hua, tomó una respiración profunda antes de llamar dos veces, luego abrió la puerta.
—Hola, Sr. Fu —saludó Feng Alix al ocupado Fu Hua antes de sentarse frente a él.
Fu Hua levantó la vista del montón de papeles que tenía ante sí para ver a su novia mirándolo con una sonrisa.
—Escuché que querías verme, ¿qué sucede? —preguntó Fu Hua sin mostrar ninguna emoción en su rostro. Pero definitivamente no estaba tan enfadado con ella como ayer. El trabajo debe estar muy agitado para él.
—Vine a invitarte a desayunar —respondió Feng Alix con una sonrisa.
—No gracias, ya desayuné antes de venir —rechazó Fu Hua.
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—Ok, eso está bien. Ya que has desayunado, ¿puedes acompañarme a desayunar? —solicitó Feng Alix con una mirada de súplica.
Fu Hua, que estaba enfocado en los bocetos de ropa, levantó la vista de ellos.
—Alix, deberías saber en qué época del año estamos. He estado ausente del trabajo durante cinco días y medio. Y ahora que he vuelto, deberías saber cuán ocupado estaré. No tengo tiempo para acompañarte —le dijo Fu Hua con la mirada puesta en ella.
—Los cinco días y medio que estuviste fuera del trabajo, también estuviste lejos de mí. ¿Qué tiene de malo pedirle a mi novio que me acompañe a desayunar? Quiero decir, me tomé mi tiempo para vestirme hoy, no solo para venir y mirarte, sino para salir contigo —dijo Feng Alix con el ceño fruncido.
—¿No te presté suficiente atención anoche? —preguntó Fu Hua mientras volvía a los bocetos que estaba revisando.
—Fu Hua mira, lo siento por anoche. Te obligué a irte cuando sacrificaste un poco de tu tiempo para pasar la noche conmigo —se disculpó Feng Alix con la mirada puesta en él.
—No guardo nada en tu contra si eso es por lo que viniste a verme tan temprano en la mañana. Alix, hoy no tenemos asuntos pendientes, así que puedes volver —dijo Fu Hua mientras cogía otro boceto para estudiarlo.
—¿Estás diciendo que no me acompañarás hoy porque no está relacionado con el trabajo? —preguntó Feng Alix.
—Incluso si estuviera relacionado con el trabajo, no tendría tiempo para verte. Pero si es urgente, puedes reunirte con mi asistente —dijo Fu Hua señalando la puerta, antes de dejar el boceto que tenía en la mano y coger otro.
—¡Fu Hua! —Feng Alix llamó con un tono infantil.
Fu Hua dejó de lado todo lo que tenía en la mano y fijó su cansada mirada en ella.
—Alix, ¿puedes por favor no hacer esto, al menos por hoy? Ya tengo más que suficiente en mi plato. Estaré tan ocupado hoy que no tendré tiempo para acompañarte. Puedes irte. Y la próxima vez que quieras aparecer en mi oficina sin previo aviso, piénsalo dos veces —le dijo Fu Hua en tono de advertencia.
Feng Alix tenía una expresión de incredulidad en su rostro.
—Fu Hua, soy yo, tu novia. ¿Por qué me tratas como a cualquier chica al azar? —preguntó.
—Si fueras una chica al azar para mí, no estarías en mi oficina hablando conmigo —le dijo Fu Hua claramente.
Feng Alix parecía como si estuviera a punto de llorar.
Fu Hua sabía que sus palabras habían sido un tanto duras, así que le dijo en un tono más suave:
—Si no quieres irte ahora, pediré una taza de té para ti. Puedes irte cuando termines, pero solo sabe que no puedo hacerte compañía hoy.
Feng Alix suspiró antes de recoger su bolso y levantarse. Miró a Fu Hua unos segundos antes de volver a sentarse en el sofá de su oficina...
Ella cruzó sus piernas y se cruzó de brazos.
Fu Hua suspiró mientras levantaba el teléfono para hacer un pedido de té para Feng Alix.
Tres minutos después, una trabajadora trajo el té para Fu Hua.
—Dáselo a la señorita Alix —dijo Fu Hua a la empleada, quien a su vez siguió su instrucción.
Fu Hua volvió al trabajo después de que la empleada saliera de su despacho. Por su parte, Feng Alix se tomó su tiempo tomando su té.