—¿De manera diferente? —preguntó ella, pero él ya había abandonado la habitación, dejándola atrás.
Horas más tarde, Aurora había terminado de limpiar la habitación de Damien y ahora estaba preparando los aperitivos para la reunión.
—Aurora, ¿qué debemos hacer? Solo nos queda sabor a fresa, y solo quedan veinte minutos antes de la reunión. Salir a buscar otros sabores no es una opción —explicó la criada que trabajaba junto a ella, con preocupación y miedo evidentes en su rostro.
El Alfa había pedido específicamente que su té fuera servido de manera diferente, y servirles el mismo sabor lo enfadaría.
—¡Oh no! —exclamó Aurora, dándose cuenta de la gravedad de la situación.
—¿Tenemos piñas? —una solución apareció en su mente, así que preguntó.
—Sí, tenemos. ¿Qué planeas hacer? —preguntó la criada, preguntándose cómo se podrían usar piñas para hacer té.