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Xiao Rufeng decidió acompañar a Yan Xiuchen ese día. Aunque era domingo, el hombre todavía tenía compromisos que necesitaba cumplir. Después de su videoconferencia de una hora, Yan Xiuchen la invitó a salir a pasear, aunque específicamente dejó entrever que era más como si ella lo acompañara a trabajar.
Antes de salir, le pidió un favor de poner un poco de corrector sobre sus cicatrices porque tenía la intención de hacer una inspección secreta en una casa que había adquirido recientemente y que estaba ubicada en una aldea ejecutiva de alto nivel. Ella aceptó su petición con gusto e inmediatamente comenzó a trabajar en su rostro.
—¿Estás segura de que prefieres ir conmigo en vez de ver el juicio de tu hermana? —preguntó él mientras Xiao Rufeng se concentraba en su rostro. Ella se veía muy seria mientras le aplicaba maquillaje.