—¿Una cita, eh? —La mujer que acompañaba al señor Fang le dio a Xi Qian una mirada de arriba abajo—. Vaya, esto sí que es novedad. ¿Cuándo ocurrió esto?
Xi Qian quería burlarse y decirle a la otra mujer que no era asunto suyo, pero se vio obligada a morderse la mejilla por dentro en un intento de contener su comentario. No pasó por alto el destello de arrogancia y burla en los ojos de la otra mujer.
—Hace poco —respondió Li Xiran, percibiendo la incomodidad de Xi Qian con la pregunta de la otra mujer.
También le irritaba la voz aguda de la otra mujer con un toque de ridiculización, además de la manera en que miraba por encima del hombro a Xi Qian. Le hacía sentido por qué a Xi Qian no le gustaba asistir a ocasiones como esta y no podía culparla por ello.