Lu Qingfeng suspiró internamente, admitiendo que lo que Song Yiran había dicho tenía sentido. Era el líder y el más joven de su hermandad y, sin embargo, fue el primero entre ellos en casarse.
—Mis suegros se quedarán con nosotros unos días. No podré encontrarme con ninguno de ustedes hasta el próximo fin de semana —respondió. Sabía que no podía retrasar el encuentro con el resto de su hermandad y presentar a Su Xiaofei, ahora que estaban al tanto de su matrimonio. Al menos Song Yiran le había avisado para que pudiera prepararse con tiempo.
—Está bien. Solo establece el horario y ellos encontrarán tiempo para ello —le aseguró Song Yiran.
Una vez que colgó la llamada, Lu Qingfeng encontró a su esposa mirándolo con curiosidad.
—¿Qué pasa? ¿Song Yiran intenta invitarte a salir de nuevo? —No sería la primera vez de todas formas.
Lu Qingfeng gruñó. —Sí, y quieren que te traiga contigo.