—Si no te arrepientes de lo que has hecho, ¿cuál es el problema entonces? —continuó preguntándole Lu Qingfeng. A pesar de que se conocían desde hace mucho tiempo, había momentos como este en los que él no podía entender lo que ella estaba pensando.
—Solo estoy pensando... que quizás mi odio hacia ellos me está cambiando. No quiero vivir mi vida así. ¿Es demasiado pedir si quiero llevar una vida feliz y plena con mi mamá, tú y Xi Qian? Aún soy joven y sin embargo tengo que estar pendiente de los demás por si están tramando algo a mis espaldas —respondió ella.
Si hubiera renacido sin Ye Mingyu y Mo Yuchen en su vida, definitivamente trataría de vivirla al máximo, sin preocuparse por las intrigas y las alertas rojas que le esperaban en el futuro.