Algo había cambiado. Lu Qingfeng estaba seguro de ello. Al mirar a su esposa, no pudo ver el habitual destello de amargura en sus ojos, ese que solía tener, como si el mundo fuera su enemigo y necesitara tomar control de su vida. Sin embargo, ahora al mirar a Su Xiaofei, parecía estar en paz y no perturbada por nada.
Sintió que estar cerca de la muerte realmente podía cambiar el corazón de una persona. ¿Qué podría haber experimentado su esposa durante su sueño profundo para que de repente tuviera un cambio de corazón? Lu Qingfeng estaba seguro de que ella seguía siendo la Su Xiaofei con la que se casó, pero había cambiado de manera que lo desconcertaba.
—Quiero ver a nuestras niñas ahora. ¿Cómo están? —preguntó Su Xiaofei, sacándolo de su trance.