Su Xiaofei no pudo evitar recordar lo tonta que había sido en su vida pasada. Si hubiera sabido que Xiao Feng podía amarla más que nadie, probablemente no sentiría la necesidad de perseguir a Mo Yuchen y competir con Ye Mingyu para conseguir su atención.
Antes, siempre dudaba de su valía cuando estaba con Mo Yuchen, pero con Lu Qingfeng, podía ser su verdadero yo sin preocuparse por lo que él pensara de ella. Si estuviera en los zapatos de Lu Qingfeng, Su Xiaofei pensaba que no se gustaría a sí misma, dado lo arrogante y autoritaria que podía ser.
Apoyó su cabeza en el brazo de Lu Qingfeng y suspiró. Lu Qingfeng no necesitaba mantener la promesa que hicieron cuando eran más jóvenes, pero al ser testigo de cómo él permanecía solo por el resto de su vida después de que ella muriera, Su Xiaofei sabía que no habría otro hombre como él.
—En este mundo, no podría haber otro hombre que me ame como tú lo haces. —le dijo ella.
