El Anciano Lu estaba descansando en la cama y, al escuchar la voz de Jiang Yuyan, se levantó. Jiang Yuyan entró y lo primero que hizo fue ayudar al anciano Lu a sentarse cómodamente, colocando las almohadas detrás de él para que se recostara.
—Gracias, querida —dijo el Anciano Lu y Jiang Yuyan se sentó al borde de la cama, frente a él.
—Lo siento, abuelo —dijo Jiang Yuyan, y eso sorprendió a ambos mayores.
—¿Por qué te disculpas, querida? —preguntó la abuela mientras el Anciano Lu aún no sabía qué decir, ya que podía sentir la condición de Jiang Yuyan y le faltaban las palabras.
—Por alejar a su nieto de ustedes —respondió Jiang Yuyan, con la mirada hacia abajo y lágrimas en los ojos.
—Ahora me estás partiendo el corazón —finalmente, el Anciano Lu dijo algo. Las lágrimas se deslizaron por sus ojos.
—Él perdió su vida solo para salvarme —dijo Jiang Yuyan mientras se deshacía en lágrimas.
