Cuando su hermana no regresaba desde hace mucho tiempo, Jiang Yang se sintió un poco preocupado y se excusó.
Parado frente al baño, tocó la puerta. Al poco tiempo, Jiang Yuyan salió y vio a su hermano parado frente a la puerta del baño mientras descansaba su espalda contra la pared.
Jiang Yang no dejó de notar los ojos húmedos de su hermana, los cuales intentó ocultar evitando mirarlo, pero no tenía caso ya que él conocía bien a su hermana.
—¿Estás bien? —preguntó, sin indagar demasiado.
Sin mirarlo, Jiang Yuyan asintió.
Jiang Yang la abrazó mientras acariciaba su cabeza suavemente, —Hablaremos de ello más tarde cuando estemos en casa.
Ella asintió, y ambos volvieron a la sala de estar.
Cuando estos dos regresaron, su madre miró a Jiang Yang como preguntando, '¿Qué pasó?'
Él movió levemente la cabeza y sonrió como diciendo Nada, y los hermanos se sentaron en sus respectivos asientos.