San Zemin siempre pensaba, cómo puede la Señora Lu estar tan tranquila. Si realmente quisiera castigar a alguien y si realmente buscara venganza, entonces por qué lo está tomando con calma y por qué no le da órdenes directamente para que atrapen a la persona y la castiguen. San Zemin solo tenía una cosa en mente, qué es exactamente lo que su nueva jefa estaba planeando. La encontraba totalmente impredecible ya que apenas se expresaba. Su tranquilidad era lo que él encontraba aterrador.
—Estoy seguro de que esta persona lo está fingiendo y lo muestra como si fuera un gran problema —comentó Jiang Yuyan.
—Pienso lo mismo y si se hace a propósito...
—Necesitamos encontrar a Lu Feng primero —ordenó Jiang Yuyan, interrumpiendo a San Zemin.
—Nuestra gente lo está buscando ya que encontraron su coche en la autopista. Ahora solo necesitan averiguar a dónde había ido —informó San Zemin.
Asintiendo, Jiang Yuyan sugirió —Hoy es el día en que deberías presentarme al otro lado del mundo.