—Entonces, prométeme una cosa —dijo Jiang Peizhi.
—Puedo hacerlo si es aceptable —replicó Jiang Yuyan.
—No permitirás que nada te haga daño y siempre estarás a salvo.
—Descuida, padre. Tengo que mantenerme a salvo por el bien de alguien que me necesita —dijo Jiang Yuyan mientras miraba a Lu Lijun y sus padres también siguieron su mirada.
En ese momento, se sintieron aliviados de tener a Lu Lijun, ya que Jiang Yuyan pensaría dos veces antes de hacer algo impulsivo por él.
Sus padres fueron a ver a los mayores mientras Jiang Yuyan volvía con Lu Lijun.
—¿Ya has terminado? —preguntó Jiang Yuyan al notar que Lu Lijun guardaba el papel en un archivo vacío que Jiang Yuyan le había dado para recoger todos sus dibujos. Su comportamiento era totalmente diferente al que tenía con sus padres hace un rato. Uno podía verla con expresiones agradables siempre que estaba frente a Lu Lijun.
Lu Lijun asintió y ella comentó:
—Fue muy rápido. Déjame ver lo que dibujaste.
