Jiang Yuyan volvió a la cama y su mente vagó por sus recuerdos con Lu Qiang, donde hablaban sobre tener hijos y sus planes futuros, ella, él y sus hijos, una familia feliz.
Una amplia sonrisa se dibujó en sus labios al recordar lo feliz que Lu Qiang parecía cuando hablaban de los niños y de convertirse en padres. El pensamiento de tener un bebé de Lu Qiang y ser madre de su hijo la hacía sentirse abrumada.
—Creo que a esto le llamamos amor —se dijo a sí misma Jiang Yuyan mientras acariciaba su vientre con una mano.
Decidió que estaba lista para tener un bebé, pero entonces le asaltó un pensamiento, cómo era posible que estuviera embarazada si siempre habían tenido mucho cuidado.
Recordó que, un mes y unos días antes, había ido a la oficina de Lu Qiang con la cena que su suegra le había instruido llevarle. Cuando lo hizo, en lugar de cenar, ambos se devoraron y olvidaron lo importante: protección.
