—Tú no eres mi hermano. Ya te lo he dicho muchas veces. —Una voz fría advirtió a Xi Cheng, pero no le afectó.
—Y estoy seguro de que recuerdas lo que dije cuando me dijiste lo mismo hace unos meses, hermanita —dijo Xi Cheng.
Nixxxie recordó sus palabras: «Sigue diciendo que no soy tu hermano y un día realmente olvidaré que no eres mi hermana.» La forma en que la miraba y lo que dijo, ese recuerdo le causó escalofríos en todo el cuerpo.
Al verla asustada, Xi Cheng continuó antes de que Nixxxie pudiera decir algo —Vuelve a casa conmigo. No es bueno para ti estar con un extraño.
Diciendo, abrió la puerta del coche para ella, señalándole que se sentara dentro y dirigió su mirada hacia Jiang Yuyan —Estoy seguro de que a la Señora Lu no le importará si me llevo a mi hermana de vuelta a casa.
Jiang Yuyan sintió que algo estaba mal y quiso detenerlo, pero Nixxxie sostuvo su mano, impidiéndole decir algo.
