Los ojos de Aurelia se abrieron como platos mientras Calipso empezaba a besarla en serio. Su mano derecha seguía ocupada acariciando su masivo miembro tras ella, pero no podía evitar querer saltarse las cortesías y ensartarse en él justo en ese momento allí mismo. Sabía que estaba empezando a perder el control, ¡pero no creía que sería tan pronto en sus encuentros!
[¡Aurelia! ¡Contrólate!]
Gimiendo a través del beso, hizo lo posible por contener su pasión mientras detenía sus caricias para abrazar a su pareja. Podía sentir cómo las manos de él ya exploraban su cuerpo, y solo hacía que el fuego ardiente dentro de ella brillara más intensamente al sentir sus jugos fluir libremente sobre su piel. Sus entrañas ya se contraían solo con el modo en que sus palmas acariciaban sus senos, sus dedos pellizcando suavemente sus pezones de tal manera que la hacían gemir en su boca.