Después de un buen rato de viaje, la carroza se detuvo en una posada junto al camino. Estaba exclusivamente abierta solo para que ellos almorzaran según Mineah, y Xenia se sintió agradecida de que el Rey Nikolai fuera lo suficientemente considerado como para asegurarse de que su viaje fuera sin contratiempos ni interrupciones.
Sentados, la comida servida en la mesa era como un banquete, con pollos rellenos, cuartos de venado, lomos de ternera cubiertos con semillas de granada, ciruelas pasas y salsas. También había verduras y pasteles.
Al mirar todo lo servido, Xenia se sorprendió al ver al Rey Vampiro comiendo de buena gana esas comidas con ellos. Pensaba que a Nikolai no le gustarían ese tipo de platos ya que prefería la sangre, pero supuso que se había equivocado.
Siendo sincera, ya se había preparado para comer sin preocuparse, pese a imaginarse al otro bebiendo sangre cruda frente a ellos.