Madeline había visto las alas antes, pero no había podido echarles un buen vistazo ya que desaparecían rápidamente detrás de su espalda sin dejar rastro. Calhoun estaba frente a ella, con sus alas negras y emplumadas que había sacado para atraerla.
Si las había sacado, ¿eso significaba que iban a volar hacia donde quiera que él había planeado llevarla? Se preguntaba Madeline a sí misma.
Ella miró con aprensión a Calhoun —No sé a dónde vamos. La forma en la que había hablado durante la mañana, parecía que había una jaula o algo que no le gustaría esperándola.
—Ya verás —dijo Calhoun, su mano todavía esperando a que ella la tomara.