—Y así, el caos que siguió fue algo que Rosalind nunca había visto antes —recordó ella—. Rosalind se encontraba no muy lejos de las que alguna vez fueron las magníficas puertas del Reino de Edepes. Para entonces, su presencia ya había llamado la atención de algunos demonios, y algunos comenzaron a dirigirse hacia ellos.
Entonces, ella levantó su mano y recordó algunos destellos de memorias. Imitó cómo la mujer usaba sus habilidades mientras cerraba los ojos. Necesitaba usar tanto las bendiciones de la oscuridad como de la luz rápidamente mientras Lucas y Belisario luchaban contra los demonios. Lentamente, pudo sentir calor alrededor de su cuerpo.
El calor se intensificó, envolviendo a Rosalind como un capullo de energía. Sus ojos cerrados palpitaron con una luz de otro mundo, reflejo de las bendiciones antiguas que estaba invocando. El caos a su alrededor continuó escalando.