```
—Debo admitir que no soy especialmente aficionada a estos —comentó Rosalind, su boca aún parcialmente llena tras devorar otro Beso de la Sirena. A pesar de su falta de entusiasmo por el sabor, continuó comiéndolos con determinación, habiendo comprado una cantidad significativa a su petición.
Lucas había estado observando a Rosalind intensamente durante varios minutos, su mirada fija en ella.
Ella parpadeó, sintiendo su escrutinio. —¿En qué estás pensando? —preguntó ella, curiosa por los pensamientos que habían capturado su atención. Rosalind sabía que a Lucas no le gustaba la comida; no había tomado otro bocado desde que la probaron inicialmente. Sin embargo, le pareció un desperdicio dejar que los bocados no comidos se desperdiciaran.
—Puedes quedarte con los míos —ofreció Lucas, una suave sonrisa jugando en las comisuras de sus labios.