—¿Demonios? —arqueó una ceja.
—Los hechiceros tienen conocimiento de estas criaturas, ¿no es así? —preguntó Mathies.
—¿Por qué preguntas eso? —Rosalind preguntó.
—Yo— no es solo su conocimiento lo que me preocupa. Es una creencia arraigada que ha sido transmitida a través de generaciones en mi familia —se apresuró a aclarar.
—Por favor, ilústrame.
—Bueno… sé que puede sonar loco pero creo que están viniendo.
—¿Perdona? —su expresión cambió inmediatamente.
—Según la antigua profecía de nuestra familia, llegaría un tiempo cuando la guerra envolvería nuestras tierras, allanando el camino para la emergencia de demonios —comenzó Mathies, su tono estable pero teñido con un sentido subyacente de urgencia—. Estos demonios, astutos y engañosos, se disfrazarían de humanos, infiltrando nuestra sociedad con intenciones maliciosas.