—¿Por qué? —siseó la Teniente Fraunces mientras miraba al hombre de ojos rojos frente a ella—. ¿Por qué no puedes dejarme pasar?
—El Duque está teniendo una conversación privada con la Señorita Rosie.
—¿Entiendes lo que diría la gente si supieran que el Duque la invitó a su habitación? Esto es
—¿Acaso eso es asunto mío? —respondió Denys.
—Tú— tú realmente eres— ¿no puedes simplemente dejarme entrar? Tengo algo importante que decirle a Su Gracia.
—Su Gracia está ocupado. Puede volver más tarde.
—Pero
—Su Gracia está ocupado.
Esas eran las únicas palabras que salían de la boca del hombre desde que Fraunces comenzó a pedirle que la dejara entrar en la habitación del Duque Lucas donde Rosie y el Duque estaban cenando.
—¿Por qué no puedes simplemente dejarme entrar? —dijo Fraunces—. Dije que es importante.
—Su Gracia está ocupado. Puedes decírmelo a mí y yo se lo comunicaré al Duque.