—Eva abrió sus ojos mojados con ligera sorpresa, porque esta era la primera vez que él llamaba su nombre y no se refería a ella como hijas o la llamaba por el nombre de Marina o Nerissa. Él dijo —Siempre he querido encontrarme contigo de nuevo. Atesorar esos momentos que habían desvanecido en mi memoria cuando naciste.
Con las palmas de Eva sobre la espalda de Anchor, vio destellos de memorias que pasaban antes sus ojos. En uno de los destellos, vio a Anchor y a su madre... su madre Rebecca Barlow. Ella susurró —Siempre fuiste mi padre...
Anchor se alejó de su abrazo y le dijo —Tenía que asegurarme de que estuvieras segura. Siempre he estado contigo, Eva.
Las cejas de Eva se fruncieron porque no esperaba que su padre fuera Anchor en ambas de sus vidas. Apretó los labios porque si él siempre estuvo allí, podría haberlos protegido desde el principio en lugar de esperar hasta ahora. Ella le preguntó —¿Por qué no viniste antes, padre?