—Noah se preguntaba si el poder estaba en él porque no había sentido nada, y por eso no había podido detener a James de herirlo ni el veneno de esparcirse en su cuerpo. Intentó usar el poder, traerlo a la superficie, y escuchó a James reírse con humor.
—No sirve de nada, Noah. Tu cuerpo es débil. Siempre ha sido débil y lo sé porque me aseguré de que esa pequeña habilidad permaneciera latente en ti —James mostró una expresión amable en su rostro, que no coincidía con sus acciones.
—James se acercó a donde Noah estaba sentado, apoyado contra un lado de la pared de la cueva. Luego puso su mano sobre el hombro de Noah y preguntó: