Recomendación musical: Voice of the Wind- Fredrik Jonasson
—Cuando el viento en el pueblo se intensificó, Rosetta se apretó el abrigo contra sí misma. La nieve que se había asentado en el suelo se levantó en el aire, volviendo el pueblo ligeramente brumoso. Apoyando su espalda contra uno de los cuatro pilares en la cima del campanario, su cuerpo se deslizó lentamente hacia abajo, y se sentó en el suelo.
Sabía que no podía quedarse aquí mucho tiempo, ya que no quería arriesgarse a que sus padres la alcanzaran si notaban que no estaba durmiendo en su cama o en la mansión.
Viendo cómo el viento áspero llevaba la nieve de una dirección a otra, Rosetta atrajo sus rodillas hacia su pecho y las abrazó.
—Debería haber escrito una carta a Eva y a Eugenio —dijo Rosetta—. Pero la última carta que había escrito para Eva no había llegado a manos de su amiga.