Recomendación Musical: Afilar mis cuchillos - Kris Bowers
—El cielo estaba nublado sin rastro alguno de estrellas o luna. Marceline se encontraba en el balcón de su habitación, observando la calle justo enfrente de la mansión con una expresión seria. Sabía que era imposible que alguien fuera de la mansión supiera sobre su desdentamiento, y decidió mantenerlo así.
La humillación había calado en la mente de la vampira de sangre pura, y no había salido de su habitación excepto para comer. Se preguntaba si debía encontrar a alguien que pudiera ayudar a recuperar sus colmillos perdidos. ¿Una bruja? Seguro tendrían algo, pero las brujas no eran de fiar.
Mientras Marceline estaba ocupada pensando en su situación, un carruaje llegó frente a las puertas de la mansión. Sus ojos se desplazaron hacia el carruaje que no parecía ser de alguien perteneciente a la alta sociedad. Miró hacia abajo a uno de los guardias de la mansión y ordenó,