Mientras Eva estaba en la cocina, escuchó tres golpes fuertes en la puerta principal antes de que otros tres golpes los siguieran. Secándose las manos húmedas contra la pequeña toalla, encontró a Eugenio de pie frente a la puerta principal cerrada, sin hacer ningún intento de abrirla.
—¿Eugenio? —Eva lo llamó, y él salió de sus pensamientos, sin darse cuenta de los segundos que habían pasado desde que estaba allí.
Eugenio abrió rápidamente la puerta e hizo una reverencia, saludando a la persona —Buenas noches, señorita Hooke.
La mano de Rosetta estaba en su cabello y, una vez que se abrió la puerta, rápidamente la llevó a su lado. Ella preguntó —¿Eva ya ha regresado a casa?
Eva se asomó al campo de visión de la joven vampira y esta se emocionó al verla —Eva, ¿cuándo volviste?! Rápidamente entró en la casa y la abrazó.
Eva abrazó a Rosetta a cambio y finalmente se alejaron —Hace una hora —respondió Eva—. Acabo de terminar de desempacar mi baúl.
