Recomendación Musical: Juntos de nuevo—Stephen Rennicks
—El único sonido que se escuchaba en la sala era el suave crepitar de la chimenea mientras el parloteo de la gente en la casa se atenuaba. Un suave golpe se oyó en la puerta principal como si alguien hubiera salido de la casa.
Eva entrecerró los ojos cuando sintió los labios de Vincent tocar los suyos. No era menos que las chispas en las nubes antes de la lluvia, donde los dos hasta ahora se habían abstenido de tener más que un mero roce desde que se conocieron. Sus manos agarraron el frente de su camisa, arrugándola cuando sus labios empezaron a moverse contra los de ella.
No salió de los labios de Eva ningún murmullo de protesta; en cambio, se deleitaba en esta nueva sensación. Su corazón latía acelerado y se sentía tan ligero como las alas de una mariposa. Era como si estuviera aleteando tan rápido que se desmoronaría en colores que ella no sabía que poseía.