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Recomendación Musical: Tick-Tock Hans Zimmer
En el pueblo de Pradera, Eva había terminado de empacar sus cosas en el baúl y lo cerró con llave. Bajándolo por las escaleras, lo colocó fuera de la puerta principal. Lista para dejar la casa, cerró todas las ventanas y puertas.
Los ojos de Eva se posaron en la carta que había escrito para Eugenio en la mesa del comedor. De esta manera, cuando él regresara, no se sobresaltaría por su ausencia.
Llevando una bolsa en uno de sus hombros, Eva cerró la puerta principal y deslizó la llave en el bolsillo de su vestido. Tocó la puerta mientras miraba la casa donde había construido recuerdos con la Tía Aubrey y Eugenio. Dijo,
—Esto no es un adiós. Regresaré cuando estos sentimientos se hayan ido. Hasta entonces… Pero no prometió nada.