Cuando el carruaje de Vincent Moriarty se detuvo frente a la residencia de los Dawson, el señor Briggs bajó de su asiento y se quedó frente a la puerta, esperando la orden de su Amo para abrirla.
Dentro del carruaje, Eva se volvió hacia Vincent y dijo:
—Maestro Vincent, hay algo que ha estado en mi mente y quería preguntarle.
—Podía notar por la forma en que te retorcías durante todo el camino hasta aquí —vinieron las palabras calmadas de Vincent, esperando que ella hablara—.
—Si puedo hablar —dijo Eva mirándolo directamente a los ojos—. ¿Por qué me dijo que dejara de buscar al asesino de mi madre cuando usted mató al asesino de la suya? ¿No cree que es
—¿Hipócrita? —preguntó Vincent y Eva asintió con la cabeza—.
—Sí.