Seis días habían pasado desde que Eve había regresado a casa después de visitar el consejo en Darthmore. A medida que los días pasaban, sentía como si lo que había ocurrido en la mazmorra solo fuera un mal recuerdo que algún día se tornaría distante.
Afortunadamente, nadie en Pradera había escuchado acerca de que la habían arrastrado a la mazmorra, y la paz llenaba las mentes tanto de ella como de las personas con quienes vivía. Las largas vacaciones también le dieron tiempo para pensar sobre el descubrimiento que había hecho durante la sesión de audiencia con los miembros del consejo.
—Eve.
Rompiendo su ensimismamiento, se giró hacia la Tía Aubrey, quien había venido a su habitación para ver cómo estaba. —Hoy has estado mucho en tu habitación y he pensado en venir a verte yo misma —dijo la mujer mayor.