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Tanto en la industria del entretenimiento como en los círculos en los que se movían sus familias, era muy común que las parejas casadas que ya no tenían sentimientos y llevaban vidas separadas.
Qin Muran vio que Xi Yaohua no la trataba como su esposa, metiéndose en líos afuera aún más que antes de casarse. Por supuesto, Qin Muran estaba enfadada. También tenía la intención de tomar venganza. Pero también sentía que era un acuerdo entre ambos.
No esperaba que Xi Yaohua pudiera ser tan irrazonable; ¡él podía descontrolarse, pero ella debía permanecerle leal! ¿Qué tipo de lógica era esa?
—Entonces, ¿quieres divorciarte de mí? —preguntó Qin Muran fríamente.
—Sí, divorcio en secreto y no publicaré estas fotos —dijo Xi Yaohua.
Qin Muran se burló fríamente, —Si quieres divorciarte, expondré que ocultaste nuestro matrimonio y planeaste engañar a otros para casarte.
