En la mayoría de las minas de Piedras Espirituales, independientemente de la facción o afiliación, los que realmente realizan la minería no son más que esclavos glorificados. Realizan un trabajo duro, que rompe la espalda y les pagan cacahuetes por él. A veces, ni siquiera les pagan.
Por ejemplo, en la mina que el grupo de Mira está asaltando, los verdaderos mineros son aquellos en el Reino de la Fundación o por debajo, con su cultivo sellado. No deseaban este trabajo. Fueron sacados de sus hogares y forzados a esta situación porque eran débiles.
Para empeorar las cosas, si se atrevían a resistir, preferirían la muerte. A diferencia de los de la Secta Ortodoxa, que, en el peor de los casos, simplemente los matarían por desobediencia, la Facción No ortodoxa es mucho más maquiavélica.
Los castigos que reciben incluyen pero no se limitan a tortura, violar a sus esposas o hijos delante de ellos, torturar a sus seres queridos, incapacitar su cultivo, etc.
