Unos momentos antes de que Nova hablara, había estado observando a Mira intensamente. Quería saber todo acerca de la persona a quien el Maestro de la Secta había elegido para liderar la Secta.
Desde el momento en que Mira apareció ante ella, pudo decir que Mira era especial. Ya fuera por su temperamento, su aura o su belleza, Nova no se sintió decepcionada. Sin embargo, eso era todo. No podía sentir los límites de la fuerza de Mira, pero sus instintos, afinados tras incontables años de batalla, sabían que Mira no representaba una amenaza.
No, Mira estaba muy por debajo de lo que debería ser una amenaza, pero eso no sorprendía a Nova. ¿Cómo alguien del Reino de Formación del Núcleo podría amenazarla? Si ese fuera el caso, no le importaría desechar su orgullo, cediendo la posición de Discípulo Primario a Mira.
Pero eso no era lo que dejaba a Nova decepcionada.
