—Es de mala educación teletransportarse directamente al dormitorio de alguien, ¿sabes? —Mira habló con el ceño fruncido, insatisfecha con la persona que acababa de irrumpir.
—Ya te estoy haciendo el favor de avisarte de que iba a entrar. Si realmente quisiera irrumpir, ni siquiera te darías cuenta —dijo una voz neutra pero magnética.
Mira abrió los ojos y se dio la vuelta, mirando directamente a un par de ojos violetas.
—¿Terminaste de elegir qué hierbas, semillas y plantas querías darme, Aelina? —dijo Mira casualmente, haciendo que Aelina levantara una ceja.
—¿Aelina? No sabía que estábamos lo suficientemente cercanas como para tratarnos de manera tan casual —ella preguntó.
Mira se encogió de hombros, —Las únicas personas permitidas en mi dormitorio personal son aquellas de igual nivel que yo. Ya que entraste sin aviso, me estás diciendo que somos de igual nivel. ¿Por qué debería añadir honoríficos si ese es el caso?