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Cuando Mira escuchó el rugido y sintió que el suelo temblaba por ello, supo que algo grande estaba sucediendo.
Aunque no entendía bien qué había causado que tal bestia se enfureciera tanto, podía decir solo por la potencia detrás de su rugido que era muy probablemente el guardián de la Fuente de la Mina de Piedras Espirituales de Alta Calidad y cualquier otro tesoro que este lugar albergara.
Con solo saber eso, Mira pudo deducir algunas posibilidades, pero la más probable era que alguien o bien hubiera llegado a la Fuente de los abismos o hizo algo de magnitud similar.
Sintió que su suposición era probablemente correcta porque simplemente no había otra razón para que una bestia del calibre de la que acababa de rugir se despertara y se moviera por sí misma a menos que fuera una emergencia.
