María y Celaine dejaron la guarida del Draco de Luz llenas de entusiasmo, pero desafortunadamente, este vigor se disipó en los próximos días.
—¡Ese maldito draco! No solo se comió todos sus propios tesoros, ¡sino que también saqueo todo lo útil de la zona circundante! ¿Me estás tomando el pelo? ¡No me extraña que fuera tan inútil! ¡Solo podía consumir recursos preciosos para forzar su propia evolución! ¡Qué desperdicio! —se quejó María.
Las dos han estado explorando la zona cercana durante varios días solo para darse cuenta de que no hay nada útil alrededor de ellas aparte de los demasiado abundantes Cristales de Luz.
Ambas todavía recogían estos Cristales de Luz a pesar de que ya tienen miles de ellos en este punto. Eso es porque no solo son útiles para María, sino que también pueden venderse o intercambiarse cuando salgan de este Reino Secreto.
