—Mira, María y Celaine pronto se encontraron cayendo en picado en medio de un océano masivo. Había agua hasta donde alcanzaba la vista sin tierra a la vista. Tampoco podían ver el fondo de este enorme océano.
No entraron en pánico, pero la escena fue un poco desalentadora al saber que pronto caerían en medio de un océano aleatorio sin nada a la vista.
—¡Por supuesto que nos enviarían a un lugar como este! Acabamos de venir de un infierno ardiente, ¡así que solo tiene sentido dejarnos caer en un océano! ¡Gah! —gritó María mientras todavía caía.
Mira también estaba un poco confundida por la decisión de Kayda de soltarlas en el océano. No sabía si este era solo el comienzo del camino que les había marcado o si este lugar tenía alguna importancia, pero no importaba. Este lugar estaba dentro del Reino Secreto donde los tesoros y el peligro van de la mano, así que incluso si están en medio del océano, eso no significa que sean menos propensas a encontrar algo.
