—Tch... Ese maldito relámpago siempre intentando complicarme las cosas —una voz varonil resonó a lo largo de una habitación grande.
Esta habitación grande contenía una cama enorme y demasiadas mujeres hermosas para contar. Todas observaban una pantalla que acababa de repetir una escena donde el físico de Mira experimentaba un cambio drástico.
Entre las mujeres había un hombre extremadamente guapo que no irradiaba ningún tipo de presión o aura, pero nadie en su sano juicio consideraría a este hombre un mortal.
Este hombre era la existencia similar a un dios que había atrapado el alma de Mira y la había reencarnado forzosamente hasta este momento.
Este hombre lleva muchos nombres, pero su existencia también es algo así como un mito entre las criaturas del universo.