Mira estaba actualmente sentada en su habitación cultivando con Dominique enrollada a su alrededor. Lo único que se podía oír en la habitación era la ligera respiración de Dominique.
De repente, los ojos de Mira se abrieron de par en par y empezó a tener una mala sensación. No estaba segura de qué era, pero no podía significar nada bueno. Miró a la pacíficamente dormida Dominique y comenzó a empujarla para despertarla.
—Despierta, niña —dijo Mira con voz profunda mientras se ponía su máscara.
—Bostezo... ¿Eh? ¿Mira? ¿Por qué me despertaste? ¿Vamos a algún lado? —preguntó Dominique con curiosidad, pero después de mirar a los ojos de Mira sintió que estaban mucho más fríos que antes.
—No. Parece que tendremos algunos visitantes esta noche. Métete debajo de la cama —dijo Mira mientras se levantaba y se ponía de pie en medio de la habitación.