—¿Dray?
Era como si todas sus preocupaciones desaparecieran en el momento en que ella lo llamó. —Seren, ¿cómo te sientes?
Ella estaba en un estado de confusión. —¿Es esto un sueño? La cueva...
—No es un sueño. Hemos regresado seguros al palacio —le dijo él, apretándole la mano en señal de tranquilidad.
—La cueva de hielo... ¿Qué pasó? —preguntó ella.
—¿No recuerdas?
Cerró los ojos momentáneamente mientras le dolía la cabeza. —No... no sé. Es solo que...
—¿Qué tal si posponemos esta conversación para más tarde? Primero deberías comer algo —sugirió él, a lo que ella accedió.
Drayce llamó a las sirvientas. Tres mujeres atendieron su llamado: Martha, Eva y Marie. Mientras Eva y Marie ayudaban a Seren a cambiar a ropa más cómoda, Drayce llevó a Martha a un lado.
—Ella no recuerda nada —le dijo en voz baja.
Marthe se quedó callada, mirando a la joven reina con ojos preocupados. —Tal vez fue un gran shock para ella. Una vez que se calme, tal vez sus recuerdos regresen.