No le habló de inmediato, ya que quería dejar que su mente procesara lo que había visto y se calmara por sí misma. Él recogió el libro del suelo mientras Seren lo miraba con sus ojos llenos de shock y vergüenza.
Sosteniendo un libro, se dirigió hacia la mesa de estudio de Seren y colocó el libro en su mesa mientras se paraba al lado derecho de ella —¿Qué sucedió, mi Reina? —preguntó suavemente, aunque ya lo había adivinado.
Aún con sus manos cubriendo su boca, Seren finalmente lo miró ya que no tenía nada para responder.
Drayce movió su mano hacia ella y apartó sus manos de su boca —Para hablar, mi Reina necesita apartar estas manos.
Ella lo miró sintiéndose avergonzada hasta los huesos y dijo —S-Su Majestad, no quiero estudiar este libro.
Drayce actuó con indiferencia —¿Puedo saber la razón, mi Reina?
—Este libro… —se detuvo sin saber qué decir y preguntó— ¿S-Su Majestad lo ha leído?