El palacio de invitados al que fueron conducidos Drayce y Seren era una parte del palacio real al que Seren nunca había visitado en el pasado, y mientras observaba el lugar desconocido—pensar que había pasado diecisiete años sin siquiera ver la totalidad del complejo del palacio donde se crió— no pudo evitar sentir una emoción complicada.
La cámara inicialmente dispuesta para ellos era lujosa, adecuada para la estancia de la realeza, y nada podía ser objetado—desde las decoraciones que complacían el gusto de Megaris hasta la hospitalidad extendida a sus servidores personales y caballeros—pero a medida que Seren observaba los exuberantes arreglos más grandiosos de lo que esperaba, se encontraba sintiéndose… vacía.