Después de que Seren comiera y pasara un tiempo en la cubierta, Drayce se acercó a ella —El viento se está fortaleciendo. Podrías resfriarte. Mejor quédate adentro y descansa.
Seren no pudo decirle que no, ya que no quería ser una razón para su preocupación durante este viaje. Además, era tarde en la noche y dormir era mejor.
—Ehm, ¿me acompañarás o tienes que estar aquí en la cubierta?
—No tengo que estar aquí. Podemos ir a descansar —informó Drayce mientras la guiaba de vuelta a la cabaña, sosteniendo su mano en la suya.
Los sirvientes no los siguieron ya que solo observaron a la pareja abandonar la cubierta. Cuando llegaron a la cabaña, Drayce la llevó arriba hacia el dormitorio abierto con un techo inclinado de vidrio.
—Quédate aquí.
Seren se quedó junto a la cama mientras Drayce iba hacia el baúl de madera colocado a un lado. Lo abrió y sacó el conjunto de ropa de noche y se lo llevó a Seren.