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Según la orden de Drayce, se organizó en la cubierta del barco una mesa con un conjunto de sillas y un cobertizo para Seren. Los sirvientes de Seren también prepararon té y aperitivos para ella mientras disfrutaba observando la tranquilidad del vasto mar. Con el hermoso clima y el sonido relajante de las olas del océano, estaba experimentando un viaje verdaderamente idílico en barco.
Después de un tiempo, Seren se volvió hacia sus tres sirvientes que estaban parados a su lado, atendiendo sus necesidades. —Ustedes tres también deberían sentarse.
—Estamos bien, Su Majestad —respondió la Señorita Xena, ya que no era apropiado para ellas sentarse con la Reina.
—De todos modos, las sillas están vacías. Si siguen de pie aquí, tampoco me sentiré bien. Simplemente acompáñenme y disfruten de la vista conmigo.
La Señorita Xena no pudo decir 'no' por segunda vez y tomó una silla mientras les hacía señas a Eva y Marie para que se sentaran también.
