—Samer soltó una risa burlona. —Pensé que propondrías algo realmente interesante, pero ¿quién no conoce ese pedazo de inteligencia?
—Drayce Ivanov quiere profundamente a su esposa, más de lo que puedas imaginar. Puedes usarla para derribarlo. Además, es una mujer hermosa. Estoy seguro de que a Su Majestad el Rey de Thevailes le gustará añadir otra belleza a su harén. ¿Puedes imaginar cuán angustiado estará tu enemigo al tener a su mujer arrebatada por la fuerza?
—Samer resopló —Creo que deberías irte si no tienes nada más que ofrecer.
—Zaria movió la cabeza —Supongo que has aceptado tu derrota ante Drayce Ivanov, Su Majestad.
—¿Derrota? Si hablas así, intrusa, no creo que sea mi buena voluntad lo que ganarás —respondió Samer como si de todos modos no le importara—. Convénceme. ¿Por qué estás tan segura de que puedes ayudarme a derrotarlo?