Arlan echó un vistazo sutil a Drayce, entendiendo lo que tenía que hacer.
—¡Oh, eso sí suena sospechoso! Esto es exactamente el tipo de chismes que quiero escuchar —Arlan soltó una risa como si no creyese particularmente al camarero pero lo animaba a decir más—. ¿Pero ojos morados? ¿Ese tipo de ojos siquiera existe al margen de los libros? No creo que nadie tenga ese color de ojos.
—Parece que el señor no está al tanto del rumor —dijo el servidor.
—¿Qué rumor?
—Que nuestra nueva Reina tiene ojos morados, signo de que es una bruja.
—Bueno, realmente no lo sabría —dijo Arlan con un encogimiento de hombros—. Gente baja como nosotros no debería hablar sobre la realeza. No quiero terminar en prisión.
El servidor se rió entre dientes.